miércoles, 13 de abril de 2011

Estudiar después del trabajo.

Definitivamente es más difícil trabajar y estudiar y es más difícil aun, cuando se tiene una familia.

En mis años como profesor universitario, que no son pocos, me ha tocado ver casos realmente dignos de destacar, como el de una alumna que durante su carrera de cuatro años, estando casada con un hijo, mientras estudiaba tuvo a su segundo hijo, pasó por una crisis matrimonial que terminó bien y fue ascendida a jefa de administración y finanzas de su empresa. Y en el intertanto, siempre fue la mejor alumna de su promoción, los cuatro años que duró su carrera. Recuerdo que además, era la jefa del comité paritario de su empresa.

Por supuesto que requiere más aplicación y cooperación de lo habitual, sin embargo, compatibilizar la familia, el trabajo y los estudios es posible.

Según expertos, son tres las claves que se deben considerar para llegar a un feliz término:

1) Compromiso: Entendido como la habilidad para creer y reconocer los propios valores, metas, prioridades y ser consecuente con ello. De ese modo, la percepción de amenaza, fracaso y derrota disminuyen.

2) Desafío: Supone la tendencia a evaluar la situación de estrés como un desafío en lugar de como una amenaza. Las personas que se plantean el estrés como un desafío, suelen ser cognitivamente flexibles y presentar mayor tolerancia.

3) Control: Las personas que tienen una alta sensación de control de la situación, suelen buscar en si mismos la propia responsabilidad sobre los eventos estresantes. Tener control sobre lo que me ocurre: pensar que puedo negociar con mi empleador, que puedo controlar y organizar mi tiempo libre, y que yo y mi familia podemos distribuir las responsabilidades ayuda a evitar el estrés.

En resumen, las claves para compatibilizar tareas apuntan a: ser consecuentes con los compromisos adquiridos; ver la situación de trabajo, estudio y familia como un desafío, y controlar la mayoría de los sucesos y no buscar culpables.

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