sábado, 30 de abril de 2011

Valores I.N.T.O.

Esta nomenclatura es un acrónimo de las iniciales de las palabras: Intangible, Nominal, Transitorios y de Orden.

A partir de la definición de Capital Propio aparecida en el artículo 41 de la Ley del Impuesto a la Renta (D.L. 824/74), que dice: "Se entenderá por capital propio la diferencia entre el activo y el pasivo exigible al comienzo del ejercicio comercial, debiendo rebajarse previamente los valores intangibles, nominales, transitorios y de orden y otros que determine la Dirección Nacional, que no representen inversiones efectivas.", es que se comienza a utilizar el término valores INTO.

Pero veamos, con alguna explicación más detallada, que se entiende por cada uno de estos valores INTO.

1. Valores Intangibles.

Un activo intangible es un activo monetario identificable, sin esencia física y es identificable cuando es separable, es decir, es capaz de ser separado o dividido de la entidad y vendido, transferido, licenciado, arrendado o intercambiado, ya sea individualmente o junto con un contrato, activo o pasivo respectivo.
Por ejemplo:
  • Derechos de llaves
  • Derechos de fabricación
  • Marcas
  • Patentes
  • Derechos de Autor
  • Concesiones

Si los valores con que figuran contabilizados estos derechos representan meras estimaciones (valorizaciones financieras), es decir, cuando su adquisición no hubiere significado para la empresa una inversión o desembolso efectivo, dichos valores deben deducirse del activo por su monto íntegro. No así el derecho de llaves efectivamente pagado. O una patente de fabricación por la que se pagó alguna suma de dinero.

2. Valores Nominales.

Primero, no se debe confundir con el valor que se le da a una acción que representa una parte proporcional del capital de la sociedad, que es el valor que resulta de dividir el capital social entre el número de acciones de la empresa.

En este caso, se trata de valores considerados entre los activos pero solo de forma nominal (por su nombre, al estar en la columna de Activos en el balance tributario o de ocho columnas) ya que no son tales. Por ejemplo, las pérdidas de arrastre, que si bien es una cuenta de Patrimonio, en el balance de ocho columnas, puede aparecer en los activos por su saldo deudor.

3. Valores Transitorios.

Estas cuentas se emplean para reflejar operaciones que, debido a contratos o situaciones eventuales, impiden efectuar cargos o abonos a las cuentas correspondientes que reflejarían la operación comercial. Como su nombre lo indica (transitorias), al cesar el contrato o la eventualidad que lo motivó, se anulan de la contabilidad.

Algunos ejemplos:
  • Reclamaciones pendientes;
  • Partidas en suspenso;
  • Diferencia en caja;
  • Gastos Anticipados, etc.

De conformidad a la norma, deben deducirse asimismo del activo los valores transitorios que no representen inversiones efectivas, como es el caso, según lo expresa la Circular N° 100 de 1975, de los dividendos transitorios y de los retiros personales.

4. Valores de Orden.

Las cuentas de orden son aquellas que controlan operaciones que no alteran la naturaleza de los bienes, derechos u obligaciones de un ente. En términos simples, son aquellas cuentas cuyo único objeto es reflejar responsabilidades u otro tipo de información en las empresas.

Las cuentas de orden, al no afectar directamente la situación financiera y resultados de una entidad, no son cuentas de balance (activos o pasivos) ni de resultado (pérdidas o ganancias), por lo que no aparecen en los estados financieros.

Algunos ejemplos:                                                                   
  • Depósitos en prenda
  • Mercancías en comisión
  • Documentos descontados
  • documentos endosados
  • Documentos en factoring
  • Avales otorgados, etc.


De este tema no existe mucha información, parte de lo acá expuesto se encontró en internet.
Espero que les sirva especialmente a los estudiantes de Contador General o Contador Auditor.

sábado, 16 de abril de 2011

El profesional y su manera de expresarse.

Un profesional se entiende es una persona que ha recibido una educación que le ha entregado conocimientos, valores y formas de actuar (competencias blandas) que lo diferencian de una persona sin educación.

Uno de los objetivos de la educación, especialmente en los niveles inferiores, pero también en educación superior, es el de incentivar las formas de expresión personal y de comunicación verbal y gráfica.

En la actualidad, al ver cómo se comunican algunos profesionales, da la impresión que no tuvieron esa educación formal que los diferenciaría de otras personas sin educación.

Muchos son los profesionales, personajes públicos o autoridades que cuando hablan se expresan con palabras malsonantes, soeces o groseras tal como lo hace una persona sin educación. Puede ser perdonable que una persona que no recibió ningún tipo de educación formal se exprese de esa manera, pero no en un profesional.

No se justifica en ninguna ocasión, por mucho que algunas personas piensen que sí, el utilizar este tipo de palabras subidas de tono, palabrotas o palabras groseras. No por utilizarlas damos más carácter a nuestra personalidad, sino todo lo contrario, quedamos como verdaderos mal hablados.

No solo no es correcto, si no que demuestra que no tenemos educación.


Si queremos dar mayor énfasis a nuestras palabras podemos utilizar nuestro rico vocabulario para hacerlo, pero como profesionales, no recurramos a palabras fáciles y ordinarias.

Tan rico es nuestro idioma que también existe la palabra "puchacay" para expresar enojo. Un término utilizado en Chile y que no es ninguna grosería. ¿Lo conocían? O también pueden utilizar el término "huifa" (interjección), el mismo que se utiliza para avivar el baile nacional. Este se utiliza en Chile para aludir despectivamente algo o para hacer referencia a una situación inconfortable. O se puede utilizar "miercale", que también es un término netamente chileno que significa mierda, pero no suena tan grosero... ¡Que bello suena nuestro idioma español cuando se habla bien!

En todo caso, tampoco se trata de recurrir a expresiones cursis que nos hagan parecer mojigatos.

Pero tampoco podemos utilizar palabras que sean ofensivas para otras religiones, razas o culturas. Como profesionales, que se supone somos instruidos y muchas veces observados como ejemplo, debemos tener mucho cuidado en lo que se dice y en cómo se dice.


Igualmente, palabras habituales utilizadas en forma errónea también muestran falta de educación o por lo menos de prolijidad.


En una red social encontré lo siguiente: "Haber" es un verbo, "A ver" es mirar, "haver" no existe. "Hay" es haber, "Ahí" es un lugar, "Ay" es una exclamación, "ahy" no existe. “Haya” es haber, “Halla” es encontrar, “Allá” es un lugar, "Aya" es niñera, "Allah" es el Dios musulmán. "Iba" es de ir, "Iva" es un impuesto e "Hiba" no existe. "Valla" es un cartel grande, "Vaya" es ir y "Baya" es un fruto. Campaña contra la ignorancia!



En este caso el tema va dirigido a como se escribe. Si bien la intención es buena y apunta a terminar con la ignorancia de muchos, se debe tener cuidado. Por ejemplo:



- Haber es un verbo. Pero también es un término comercial que, entre otras cosas significa el conjunto de bienes o riquezas de una persona. También se utiliza para nombrar una de las dos partes en las que se dividen las cuentas contables.



- A ver, proposición y verbo ver. Perífrasis verbal.



- Hay es la forma impersonal del verbo haber.



- Ahí (con tilde en la i), es un adverbio que indica lugar.



- ¡Ay! Es una exclamación que denota pena o dolor.



- Haya es una forma del verbo haber. También es el nombre de un tipo de árboles y su madera.



- Halla, es una forma verbal del verbo hallar, encontrar.



- Aya es la persona encargada de criar y educar a un niño.



Así, podemos seguir eternamente.



Lo importante es que como profesionales en formación o profesionales ya titulados debemos comportarnos como tales y no solo parecerlo.

miércoles, 13 de abril de 2011

Estudiar después del trabajo.

Definitivamente es más difícil trabajar y estudiar y es más difícil aun, cuando se tiene una familia.

En mis años como profesor universitario, que no son pocos, me ha tocado ver casos realmente dignos de destacar, como el de una alumna que durante su carrera de cuatro años, estando casada con un hijo, mientras estudiaba tuvo a su segundo hijo, pasó por una crisis matrimonial que terminó bien y fue ascendida a jefa de administración y finanzas de su empresa. Y en el intertanto, siempre fue la mejor alumna de su promoción, los cuatro años que duró su carrera. Recuerdo que además, era la jefa del comité paritario de su empresa.

Por supuesto que requiere más aplicación y cooperación de lo habitual, sin embargo, compatibilizar la familia, el trabajo y los estudios es posible.

Según expertos, son tres las claves que se deben considerar para llegar a un feliz término:

1) Compromiso: Entendido como la habilidad para creer y reconocer los propios valores, metas, prioridades y ser consecuente con ello. De ese modo, la percepción de amenaza, fracaso y derrota disminuyen.

2) Desafío: Supone la tendencia a evaluar la situación de estrés como un desafío en lugar de como una amenaza. Las personas que se plantean el estrés como un desafío, suelen ser cognitivamente flexibles y presentar mayor tolerancia.

3) Control: Las personas que tienen una alta sensación de control de la situación, suelen buscar en si mismos la propia responsabilidad sobre los eventos estresantes. Tener control sobre lo que me ocurre: pensar que puedo negociar con mi empleador, que puedo controlar y organizar mi tiempo libre, y que yo y mi familia podemos distribuir las responsabilidades ayuda a evitar el estrés.

En resumen, las claves para compatibilizar tareas apuntan a: ser consecuentes con los compromisos adquiridos; ver la situación de trabajo, estudio y familia como un desafío, y controlar la mayoría de los sucesos y no buscar culpables.

Competencias Blandas y el trabajo en la actualidad

En la actualidad, a la hora de escoger un postulante para cualquier trabajo, es mucho más importante que este candidato cumpla con ciertos requisitos más bien de actitud que de conocimientos técnicos.
Antes de seguir, creo que es necesario tratar de explicar qué o cuales son estas actitudes.
En el ámbito de las competencias sociales se ha desarrollado también el concepto de “competencias blandas” para designar algunas como: autoconfianza, orientación al trabajo en equipo, creatividad, tolerancia a la frustración y automotivación.
Estas también son llamadas competencias clave, como las siguientes:
  •   Trabajo en equipo
  •   Pensamiento crítico
  •   Solución creativa de problemas
  •   Habilidades de comunicación
  •   Habilidades para informar
  •   Habilidades para manejar información y tecnología
  •   Autoestima; autoconfianza
Las competencias que exige el mundo laboral en la actualidad ya no tiene límites. La capacidad para adaptarse a diversos ambientes y trabajar bajo presión, dinamismo, flexibilidad, proactividad, habilidades interpersonales y orientación al logro son algunos de los requisitos básicos que buscan hoy las empresas. Y sobre esa base es necesario ir sumando, mientras más va creciendo la persona y adquiriendo experiencia, el liderazgo, la capacidad de impartir su influencia, de generar alianzas y redes, la visión estratégica, la gestión y el logro de objetivos son claves.
Hoy en día las empresas buscan gente con una alta motivación hacia el trabajo. Cada vez son más relevantes las competencias blandas para el trabajo, donde la calidad valórica de la persona ocupa un lugar relevante. Asimismo, requieren personas con una formación sólida y con referencias comprobables.